LA RUTA DE LAS LEYENDAS (50)
La capital del mundo.
La elucubración del poeta Carles Fages de Climent sobre Vila-sacra es ya casi una leyenda
(MONICA FERNANDEZ - La Vanguardia 10/01/2000)
Girona.- Aunque sigue siendo hasta ahora una interesante conferencia del conocido poeta Carles Fages de Climent y publicada después, quizá en un futuro no lejano pasará al imaginario popular como la leyenda de cómo pudo haber cambiado el mundo si Pere I hubiera ganado la batalla de Muret. Se trata de una reconstrucción imaginaria de la historia partiendo de un "si hubiera". Si Pere I hubiera ganado la batalla de Muret, el pequeño pueblo de Vila-sacra, situado en la carretera que une Figueres y Roses, se haría convertido en la capital del mundo. Según el poeta, si Pere I hubiera ganado la batalla las cortes europeas le habríann felicitado, y la fiesta en el condado de Castelló habría sido largamente recordada. Como la dinastía emporitana podía demostrar que (citamos a Fages): "Su fundador, Irmingarius, el almirante del Carlomagno, había dominado antes que nadie las islas, la conquista (de Mallorca) no hubiera partido de Salou, sino de Roses, y como la corona hubiera pasado casi de un Pere al otro Pere, no habría tenido lugar la segregación inútil e inconveniente del reino mallorquín".
Así pues, con un reino fuerte y no mermado por las divisiones internas, el rey Pere el Cerimoniós hubiera podido "plantar cara con más eficiencia a su homónimo castellano". Fages de Climent dibuja a partir de ahí un reino fortísimo, donde se hablaría un catalán "con una fonética más bien rosellonesa, y no resultaría autor del diccionario el badalonense Pompeu Fabra, sino un gramático de Fortià o Riumors". Este reino hubiera adoptado una constitución federal, pues en Empúries nació esta forma de organización, "adaptada a la confederación catalano-aragonesa y copiada luego por el Reino Unido, Imperios Centrales y las repúblicas de los Estados Unidos de América, Suiza y Rusia".
El reino lo hubieran formado las islas del mediterráneo, Valencia y Murcia, pero con el tiempo "los reinos peninsulares, siguiendo el ejemplo de los condes catalanes, se hubieran dado las manos sin guerras, como una sardana federal, redondeando el perímetro de la piel de toro de la Península, y todas las Españas o tierras de sarracenos también, casi sin darse cuenta, habrían sido tomadas y recogidas, como un cesto de granadas maduras". El rey hubiera instalado la capital en Vila-sacra, lugar con un nombre "de resonancia estrictamente romana".
Tras esta elucubración, Fages describe una próspera comarca, convertida en el centro del mundo. Basta un fragmento para hacernos idea de cómo dibuja algunos lugares de la comarca: "En el corazón del puerto de Roses cabrían, juntas, las escuadras de Rusia, Inglaterra, Japón y Estados Unidos, además de la nuestra".Y sigue Fages esgrimiendo las razones por las cuales Vila-sacra es mejor emplazamiento para una gran urbe que Barcelona: "¿Alguien, seriamente hablando, osaría comparar nuestra gran pirámide, acabada en forma de mitra abacial, envidia de treinta dinastías de faraones, de la esbelta montaña de Roda, con la montañita de Montjuïc?". Y concluye enumerando las funciones que conocidos personajes empordaneses hubieran desempeñado en la capital de tal imperio y las ciudades de su entorno. Finalizaba el poeta su conferencia con un "senyors, he dit". Ni que lo diga.
EL DATO
Las fronteras de la leyenda
Cierto es que hasta ahora habíamos contado leyendas de antiguo origen, normalmente venidas de una
oscura y mitológica época medieval.
La historia que nos relata Fages de Climent no es tan antigua como las que solemos explicarles. Pero nos pareció tan interesante y hasta divertida que no pudimos resistirnos. Por otro lado, seguramente todas las leyendas tuvieron un autor, aunque no nos haya llegado su nombre. No dudamos de que dentro de algunos años, cuando alguien pregunte a qué alude un letrero colocado en una de las casas de Vila-sacra al pie de la carretera, y que reza "Vila-sacra, la capital del món", se le contestará con un largo relato sobre lo que hubiera podido pasar si un rey no habría perdido una batalla. Quizá casi nadie recuerde que dicha elucubración partió de la insigne mente de Fages de Climent, y en ese momento la conferencia pronunciada en el Casino Menestral de Figueres el 4 de febrero de 1956 se habrá convertido en leyenda
La capital del mundo.
La elucubración del poeta Carles Fages de Climent sobre Vila-sacra es ya casi una leyenda
(MONICA FERNANDEZ - La Vanguardia 10/01/2000)
Girona.- Aunque sigue siendo hasta ahora una interesante conferencia del conocido poeta Carles Fages de Climent y publicada después, quizá en un futuro no lejano pasará al imaginario popular como la leyenda de cómo pudo haber cambiado el mundo si Pere I hubiera ganado la batalla de Muret. Se trata de una reconstrucción imaginaria de la historia partiendo de un "si hubiera". Si Pere I hubiera ganado la batalla de Muret, el pequeño pueblo de Vila-sacra, situado en la carretera que une Figueres y Roses, se haría convertido en la capital del mundo. Según el poeta, si Pere I hubiera ganado la batalla las cortes europeas le habríann felicitado, y la fiesta en el condado de Castelló habría sido largamente recordada. Como la dinastía emporitana podía demostrar que (citamos a Fages): "Su fundador, Irmingarius, el almirante del Carlomagno, había dominado antes que nadie las islas, la conquista (de Mallorca) no hubiera partido de Salou, sino de Roses, y como la corona hubiera pasado casi de un Pere al otro Pere, no habría tenido lugar la segregación inútil e inconveniente del reino mallorquín".
Así pues, con un reino fuerte y no mermado por las divisiones internas, el rey Pere el Cerimoniós hubiera podido "plantar cara con más eficiencia a su homónimo castellano". Fages de Climent dibuja a partir de ahí un reino fortísimo, donde se hablaría un catalán "con una fonética más bien rosellonesa, y no resultaría autor del diccionario el badalonense Pompeu Fabra, sino un gramático de Fortià o Riumors". Este reino hubiera adoptado una constitución federal, pues en Empúries nació esta forma de organización, "adaptada a la confederación catalano-aragonesa y copiada luego por el Reino Unido, Imperios Centrales y las repúblicas de los Estados Unidos de América, Suiza y Rusia".
El reino lo hubieran formado las islas del mediterráneo, Valencia y Murcia, pero con el tiempo "los reinos peninsulares, siguiendo el ejemplo de los condes catalanes, se hubieran dado las manos sin guerras, como una sardana federal, redondeando el perímetro de la piel de toro de la Península, y todas las Españas o tierras de sarracenos también, casi sin darse cuenta, habrían sido tomadas y recogidas, como un cesto de granadas maduras". El rey hubiera instalado la capital en Vila-sacra, lugar con un nombre "de resonancia estrictamente romana".
Tras esta elucubración, Fages describe una próspera comarca, convertida en el centro del mundo. Basta un fragmento para hacernos idea de cómo dibuja algunos lugares de la comarca: "En el corazón del puerto de Roses cabrían, juntas, las escuadras de Rusia, Inglaterra, Japón y Estados Unidos, además de la nuestra".Y sigue Fages esgrimiendo las razones por las cuales Vila-sacra es mejor emplazamiento para una gran urbe que Barcelona: "¿Alguien, seriamente hablando, osaría comparar nuestra gran pirámide, acabada en forma de mitra abacial, envidia de treinta dinastías de faraones, de la esbelta montaña de Roda, con la montañita de Montjuïc?". Y concluye enumerando las funciones que conocidos personajes empordaneses hubieran desempeñado en la capital de tal imperio y las ciudades de su entorno. Finalizaba el poeta su conferencia con un "senyors, he dit". Ni que lo diga.
EL DATO
Las fronteras de la leyenda
Cierto es que hasta ahora habíamos contado leyendas de antiguo origen, normalmente venidas de una
oscura y mitológica época medieval.
La historia que nos relata Fages de Climent no es tan antigua como las que solemos explicarles. Pero nos pareció tan interesante y hasta divertida que no pudimos resistirnos. Por otro lado, seguramente todas las leyendas tuvieron un autor, aunque no nos haya llegado su nombre. No dudamos de que dentro de algunos años, cuando alguien pregunte a qué alude un letrero colocado en una de las casas de Vila-sacra al pie de la carretera, y que reza "Vila-sacra, la capital del món", se le contestará con un largo relato sobre lo que hubiera podido pasar si un rey no habría perdido una batalla. Quizá casi nadie recuerde que dicha elucubración partió de la insigne mente de Fages de Climent, y en ese momento la conferencia pronunciada en el Casino Menestral de Figueres el 4 de febrero de 1956 se habrá convertido en leyenda